La Fundación Secretariado Gitano crea dos rutas flamencas

La Fundación Secretariado Gitano crea dos rutas flamencas
La Fundación Secretariado Gitano, en su labor y empeño de
promocionar y dar a conocer los valores de la cultura gitana a través de
la Escuela Taller “ Dinamización de Servicios de Información y Atención
Comunitaria”, propone la realización de dos rutas: “Un siglo de cante en
el centro de Sevilla” y “Triana, un mundo de arte”, donde quedan
patentes los valores que aporta el pueblo gitano al flamenco, al toreo y al
arte de ser y vivir en Sevilla.
La Escuela Taller ha realizado una nueva aportación a las rutas turísticas
tradicionales, después de realizar prácticas laborales en Centros Cívicos,
Museos y Congresos de nuestra ciudad. Estas experiencias han
posibilitado la aparición de nuestras rutas, donde se reivindica la
aportación del pueblo gitano a la tradición y al patrimonio histórico,
artístico y cultural de Sevilla.
Triana mira a Sevilla; Sevilla se refleja en Triana. Tanto es así, que
Antonio Mairena contempla el río de las cavas, de los pescadores, de las
fraguas, de los alfareros, del zurraque, de los corrales de vecinos, del
puente, del castillo recopilando en su voz las tonalidades del cante, entre
las familias de los Caganchos y de los Pelaos.
Belmonte, en el Altozano, abre sus entrañas para que contemplemos,
entre el espacio vacío de su cuerpo, las cumbres de Sevilla. Allí, como
ensoñación, las dos Catedrales, una de grana, la otra de oro. La Giralda
las observa en mañanas de rezos y tardes de vítores en la Puerta del
Príncipe. Entonces Belmonte da paso al Gallo y el Gallo a Belmonte.
Nosotros en nuestro itinerario trianero daremos paso a Belmonte, a
Gitanillo de Triana, a Chicuelo, al Vico, al Fillo, al “Planeta”, a Rafael
“El Negro”... Convirtiendo a Triana, más que en un mundo aparte, en un
mundo de arte.
Un siglo de cante en el centro de Sevilla. Así denominamos a la ruta que
parte del Valle a la Alameda, paso a paso, toque a toque, cante a cante. El
Cristo de los gitanos y una Niña de los Peines que canela lleva de veras.
San Román entre saetas que apuntan a un arco gótico. El café Cagajones y
un exceso de imaginación en los Ponce de León. Niño Ricardo. Un
callejón desemboca en una plaza. Se llama Cristo de Burgos. En su centro
el ígneo toque de la guitarra. Cruza alerta buscando farolillos de otra
plaza: La Encarnación. Reverbera desde los Parasoles a la Campana. Allí
la famosa historia de un derribo. El Café Novedades donde el flamenco
se abrió a un público general democratizando la intensidad escondida
tras la tapia y el muro. Otro toque de imaginación y en el pensamiento
alguna instantánea de Emilio Beauchy .Quizá un braceado de Pastora
Imperio entre el Escalerillas y el Antiguo Café Silverio. Andamos hacia
los Colosos de Sevilla. Dos columnas entre el mito y la realidad abriendo
las venas del flamenco. Manolo Caracol entre fandangos y zambras al aire
de una chicuelina. ¿Quién puede olvidar este patrimonio de la
humanidad?


Buenos Aires Flamenco ® agradece a: La Bienal de Flamenco de Sevilla. Comunicación, Prensa, Acreditación, Coordinación, Staff y Directivos
Fotos: "archivo fotográfico de La Bienal. Fotógrafo oficial: Antonio Acedo"
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®del texto el autor
®de la foto el autor
Fuente: La Bienal de Flamenco de Sevilla 2012