Cuantos más recursos musicales tengamos, más libres somos

El artista ha lanzado este mes 'Sin muros!', su tercer compacto que cuenta con las voces de Enrique Morente, Noa, Poveda, Mercé y Carmen Linares, entre otros

Con una filosofía musical y conceptual bien asentada, Dorantes lanza su tercer trabajo discográfico. Flamenco Sin muros!, como indica el rótulo de un disco en el que el pianista se acompaña de las voces flamencas más señeras de nuestro tiempo como José Mercé, Miguel Poveda, Carmen Linares o el desaparecido Enrique Morente, además de otros artistas como la prodigiosa intérprete Noa.

-¿Por qué 'Sin muros!'?

-Sobre todo porque quería lanzar, además de la parte musical, un mensaje social. Es la manera que tengo de ver la música y al mundo, un mundo sin muros, sin fronteras, con seres humanos con capacidad de análisis y que tiende a la convivencia. Creo que era importante mandar un mensaje social en el momento que estamos viviendo.

-Musicalmente, ¿le queda algún muro por derribar?

-El músico siempre tiene muchos muros y fronteras psicológicas. Siempre estamos luchando con nosotros mismos porque la creación no siempre está ahí y casi nunca estamos contentos con lo que creamos. Yo, por ejemplo, tengo una visión de la perfección más allá de lo estético, me preocupa mucho el mensaje y llegar. Siempre tenemos una especie de muro, de barrera, por romper, pero eso forma parte de la creación misma. Hay un tema de este disco, Ante el espejo, que refleja ese momento de autoanálisis.

-Para crear hay que ser libre, ¿de qué manera lo es usted?

-Creo que cuantos más recursos musicales tengamos, más libre somos. Recursos de gramática musical, una mente flexible, y a unas maneras elegantes con la gente y con uno mismo. Eso favorece a la hora de quitar muros que es donde está la clave de ser libre. Yo cada vez que viajo, y viajo mucho, me traigo joyitas de otras músicas, recursos, que me hacen ser más libre.

-Por ejemplo, en los tientos utiliza unos tambores japoneses.

-Sí, los taikos. Es que me ocurre que yo toda la instrumentación la veo como si fueran colores y así la uso. En el caso de los tientos que canta Morente, estos taikos le dan profundidad, color, dimensión... Nunca he tenido miedo de usar los timbres que me apetecen.

-En este disco hay mucho cante, más que en sus trabajos anteriores.

-Sí, es cierto, me apetecía. El proceso de este disco ha sido, en primer lugar, la grabación de las voces a capella, sin ningún timbre, ni color, sin concepto de composición. Yo quería abordar los cantes tradicionales desde mi punto de vista. Tomar su sonido y, después, llevármelos a mi terreno y a no sé dónde... Pero antes de eso teniendo mucho respeto por el alma, por el espíritu del cantaor. Tenía ganas de trabajar así, de acercarme yo al universo de cada cantaor y, después, aportarle mi visión.

-¿Cómo fue ese encuentro con Enrique Morente?

-Fue precioso. Fui a Granada, a su estudio y allí grabamos su voz. Me recibió como un señor, elegante, tremendo. Y después de grabar estuvimos en su terraza cenando y hablando de música. Me volví con la sensación de haber tratado a una persona inteligente, tranquila y llena de paz. A él le gustó mucho el resultado porque antes de pasar... bueno... me dio tiempo a mandarle el tema terminado, fue el primer tema que acabé. Luego me llamó y estuvimos media hora hablando por teléfono, me dijo que había quedado muy contemporáneo y estuvimos hablando de la posibilidad de que existiera un flamenco contemporáneo... Era un hombre muy interesante, una persona que se te queda, que te tiñe.

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